En los 31 años transcurridos entre 1991 y 2022, la economía peruana creció a una tasa promedio de 4,3% anual, según cifras del Banco Central de Reserva del Perú. Esto, a pesar de la crisis política que ha llevado al país a tener seis presidentes desde 2017 y a los efectos de la pandemia del Covid-19.
La economía del Perú es citada cotidianamente como una de las más sólidas de la región. Su fortaleza se atribuye a que en los años 90 se apostó por un fuerte programa de estabilización que incluyó ambiciosas reformas y prudentes políticas macroeconómicas, gran parte de las cuales se han mantenido en el tiempo.
A partir de período el sol peruano ha exhibido poca volatilidad, en comparación con la mayoría de las monedas latinoamericanas. Pero no siempre fue así. Como otros países de la región, el Perú atravesó por etapas de alta inflación, hiperinflación y fuertes devaluaciones, siendo la más acentuada la que se extendió entre 1988 y 1990 y que llevó a una caída acumulada del PIB de 24,5% y a una hiperinflación de 7.649,7% en 1990, según el BCRP.
Dos crisis de balanza de pagos
La primera crisis de balanza de pagos, que se reflejó en una importante devaluación, se produjo en 1967. Una segunda crisis se generó cuando los precios de los principales productos de exportación del Perú se desplomaron entre 1974 y 1975, ocasionando en el sector público un déficit del 10,5%% del PIB.
Con el apoyo del FMI y con la dirección de un gobierno militar, se intentó implementar una política de estabilización en junio de 1976, que contempló la liberación del tipo de cambio y recortes del gasto público. La inflación se disparó a 70% en 1979.
A principios de la década de los 80, el Perú tenía un presidente electo que gobernaría hasta 1985. El segundo gobierno del presidente Fernando Belaúnde debió enfrentar la subida de las tasas de interés externas, la crisis de la deuda y los efectos adversos del inesperado fenómeno climático conocido como El Niño.
La respuesta de política económica incluyó el financiamiento inflacionario del déficit fiscal. El precio de la moneda, el sol de oro, se devaluó en 2.202% pasando de 250,12 soles por dólar en diciembre de 1979 a 5.757,74 soles por dólar en diciembre de 1985.
El populismo y la hiperinflación
Los siguientes cinco años fueron los más difíciles. Con el gobierno de Alan García que se estrenó en 1985 se implementaron políticas populistas basadas en la expansión del gasto público y en el control generalizado de la economía, principalmente fijación del tipo de cambio y congelamiento de los precios.
Esta política fue un fracaso y al final el gobierno intentó nacionalizar la banca, tras culparla del fracaso de su programa de estabilización. Pero esta medida enfrentó una férrea oposición y no logró concretarse.
Los salarios y ahorros de los peruanos quedaban expuestos como nunca antes al impacto de la inflación, producto de las erráticas políticas gubernamentales, por lo que la economía comenzó a dolarizarse aceleradamente.
En septiembre de 1988 el precio del dólar oficial era de 33 intis, mientras que en el mercado negro se cotizaba a 284 intis. El gobierno intentó corregir este atraso cambiario con una devaluación de 657% que llevó la cotización del dólar a 250 intis/dólar. En noviembre fue necesaria otra devaluación del 100% que ubicó el dólar en 500 intis/dólar.
Del Fuji Shock a la postpandemia
La estabilidad económica de largo plazo llegó finalmente con la implantación del Fuji Shock, el programa de estabilización del entonces presidente Alberto Fujimori en agosto de 1990.
El tipo de cambio pasó de 102.779 a 371.802 intis/dólar (+362%). Posteriormente se implementó un sistema de tipo de cambio flotante y se unificaron los diversos tipos de cambio. También se eliminaron las restricciones de importación, se liberaron los precios y las tasas de interés.

Desde entonces, Perú ha logrado una larga estabilidad económica que, para sorpresa de muchos, se ha mantenido al margen de las crisis políticas. La inflación se redujo a un dígito en 1997 (8,6%) y promedió 3,4%/año entre 1997-2022. En el mismo período la economía creció 4,2% por año, con la excepción de la caída de 11% en 2020 producto de la pandemia del Covid-19.
En 2022 la moneda registró una importante volatilidad, pero sigue siendo una de las más estables de la región. Después de esta revisión de historia económica es importante preguntarse si con la actual inestabilidad política, Perú logrará mantener la tan preciada estabilidad económica.