El año 2022 ha sido un año complicado para todas las economías del mundo, sobre todo por las repercusiones del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, así como por el incremento de las tasas de interés a nivel mundial. A pesar de ello, América Latina ha logrado resistir a todos estos embates, alcanzando casi un 4% de crecimiento económico en la región, con un aumento en los niveles de empleo, en parte, asociado a la activación del sector servicio post pandemia.
Por otra parte, la inflación se ha ido reduciendo en varios países, debido a las acciones de los bancos centrales, a la disminución en los precios de los alimentos y de la energía a nivel mundial. Sin embargo, la inflación subyacente, que es aquella que excluye los bienes y servicios de precios con comportamiento volátil como los alimentos, las energías, entre otros, se ha mantenido en niveles altos. La inflación subyacente ha presentado niveles de alrededor de 8% en algunos países de la región como México, Brasil, Colombia y, en menor medida, Perú.
En el gráfico siguiente podemos observar la evolución del índice de precios al consumidor total (línea de color magenta) y la subyacente (línea de color verde) de América Latina (sin la República Bolivariana de Venezuela)[1], para los años analizados desde 2013 hasta 2022. Podemos notar como en el tiempo, ambos índices de inflación se encontraban muy cercanas y con fluctuaciones similares, pero a partir del año 2020, hubo una caída en ambos índices, con mayor pronunciación en la inflación subyacente. A partir de los dos años siguiente, ambas inflaciones se dispararon con valores de dos dígitos, siendo mayor el IPC total, sin embargo, la inflación subyacente se va acercando cada vez más; en el 2022 la variación entre ambas fue de 0,73 puntos porcentuales (ver gráfico 1).
Gráfico 1. Tasa de crecimiento anual del índice de precios al consumidor total y subyacente, 2013 – 2022 (porcentaje).

Las presiones inflacionarias se mantuvieron en el 2022, alcanzando un 15,4% anual en comparación con el año 2021, en la que fue 12,40%. El índice subyacente en el 2022 fue de 14,67% anual en comparación con el 10,37% del año anterior. La evolución de la inflación regional se encuentra vinculada al crecimiento de los precios de los productos básicos que, durante enero a octubre de 2022, aumentaron en comparación con el año previo; así como también al incremento de los precios de los productos energéticos, los fertilizantes y los alimentos y bebidas.
A pesar del ambiente positivo de ciertos indicadores reflejados durante el pasado año, algunos especialistas en materia económica han considerado que el crecimiento económico en el 2023 se desacelerará en aproximadamente un 2%. Por otro lado, se ha empezado a notar la desaceleración de los niveles de empleo y de consumo de bienes y servicios, al mismo tiempo un incremento en la desconfianza por parte de los empresarios y de los consumidores se está haciendo presente. La disminución del crecimiento económico, una alta inflación y la incertidumbre a nivel mundial, conlleva a que el estilo de vida de muchas personas en la región, disminuya. Sin olvidar las tensiones sociales por la desconfianza en las instituciones públicas que continúan presentes dentro de diversos países de América Latina. Es por ello que 2023 presenta retos importantes en materia de crecimiento económico, control de la inflación, y estabilidad política y social.
[1] El cálculo de la inflación de América Latina, excluye a la República Bolivariana de Venezuela, para evitar valores atípicos con respecto al resto de la región, ya que ese país ha atravesado procesos de hiperinflación que podrían sesgar al alza el valor de la inflación para el resto de la región.