Argentina enfrenta una escalada inflacionaria y fuertes presiones en el mercado cambiario en el marco de un año electoral y de una fuerte sequía que amenaza con generar una caída de ingresos por exportaciones agrícolas de $15.000 millones. Además, el último dato sobre producción industrial no proporciona un escenario alentador pues cayó 1,4% en febrero en contraste con el aumento de 6.3% que había mostrado en enero.
Con este panorama de fondo, el FMI aprobó a fines de marzo la cuarta revisión del acuerdo Extended Fund Facility (EFF) y desembolsó $5.400 millones a Argentina que el país utilizará para hacer frente a los próximos vencimientos de deuda con el organismo.
El FMI también aceptó flexibilizar la meta de acumulación de reservas para 2023, pero a cambio está exigiendo políticas macroeconómicas más estrictas como reducción del gasto, eliminación de subsidios y mayor devaluación. Está por verse si el país austral logra cumplir con lo demandado por el FMI en un año de elecciones generales y aumento de demandas sociales.
En el marco de la cuarta revisión del acuerdo, Argentina solicitó al FMI una revisión de las metas macroeconómicas a cumplir en 2023, principalmente con relación a la acumulación de reservas internacionales, debido a los efectos de la sequía extrema que se vive en el país y que afecta las exportaciones del agro. El FMI aceptó bajar la meta de reservas de $9.800 a $8.000 millones para 2023. La meta de déficit fiscal se mantiene en 1,9% del PIB y el financiamiento monetario del déficit en 0,6% del PIB.
Este año el FMI llevará a cabo dos revisiones más al acuerdo, una en vísperas de las elecciones primarias (PASO) en agosto y otra antes de las elecciones generales que se llevarán a cabo en octubre.
El gobierno introduce el dólar agro y acelera la devaluación
La semana pasada el ministro Sergio Massa anunció una nueva medida que busca ingresos de divisas para el país y fortalecer las reservas internacionales. Se trata del dólar agro, un dólar diferencial de 300 pesos por dólar (37,3% por encima del oficial) para incentivar que los exportadores de soja y otros productos de economías regionales liquiden las divisas producto de exportaciones.
Esta medida estará vigente hasta el 31 de mayo de 2023 para la soja y hasta el 30 de agosto para las economías regionales. Los productores agrícolas se comprometen a garantizar el abastecimiento a precios accesibles.
Desde los gremios que agrupan a los productores y exportadores de soja se afirma que el sector podría contribuir con alrededor $5.000 millones este año, pero el gobierno aspira conseguir $7.000 millones considerando los otros rubros agrícolas incluidos.
Las reservas internacionales del Banco Central han caído en $5.879 millones este año, desde $44.598 millones el 30 de diciembre de 2022 hasta 38.809 millones el 3 de abril de este año. Esto, debido a las ventas de divisas para intervenir en el mercado cambiario y al impacto de la sequía en la caída de los ingresos por exportaciones del agro.
Esto a pesar que el gobierno ha acelerado la devaluación del dólar oficial y cada vez son menos quienes tienen acceso a este dólar preferencial. El miércoles 5 de abril, último día hábil de la semana pasada, el precio del dólar oficial se ubicó en 218,78 pesos por dólar, 1,2% más en la semana y 18,5% más desde el cierre del año pasado.
En el mercado paralelo el dólar se cotizaba en 392 pesos por dólar al cierre de la semana pasada, prácticamente sin cambios en la semana y 13,0% más que en diciembre de 2022. El 2023 se proyecta como un año difícil para la economía argentina. Con una inflación que ya superó el 100% y una sostenida presión cambiaria, los efectos sobre el PIB y el empleo podrían ser perversos.