Volvemos a escuchar profecías que anuncian el fin del dólar, Nostradamus del 2023 que repiten aquellas que se llevan haciendo desde hace décadas, basándose hoy en la históricamente alta inflación; o por aquel 15 de agosto de 1971 cuando Nixon cometió “el mayor robo de la historia” que fue la ruptura del cambio dólar-oro; o desde la crisis del 2008 y la respuesta monetaria que se le dio. Pero como diría el clásico castellano: “los muertos que vos matáis gozan de buena salud”, pues el dólar es, al día de hoy, la mejor moneda del mundo.
Y es que el dinero es aquello que mejor sirve como dinero, y el dólar es el dinero que es más usado para cumplir las tres funciones del dinero, a saber: medio de intercambio, depósito de valor y unidad de cuenta.
Muchos presentan al bitcoin o al oro como posibles alternativas de dinero. Y siendo un firme partidario de un dinero fuerte, de un mejor sistema monetario al que vivimos hoy, creo que actualmente el dólar es la mejor alternativa monetaria para las clases medias de América Latina. El dólar sigue siendo mucho más resiliente de lo que parecen creer los profetas de su inminente muerte.
Al final del camino lo que da valor a un dinero no son sus características intrínsecas (y en esto el dólar también puede tener ventajas con respecto al oro o el bitcoin), sino la confianza de los ciudadanos en ese dinero para cumplir las funciones del dinero.
Veamos cómo cumplen las funciones del dinero estas tres alternativas monetarias:
Medio de intercambio:
El dólar sigue siendo el medio de intercambio más utilizado en el mundo. Tan es así que es casi imposible medir todo su uso.
Sólo en EE. UU. en el 2022, la Reserva Federal maneja pagos por 38 millones de millones de dólares. A eso hay que sumarle todo lo que se paga en efectivo y todo lo que se paga fuera de EE. UU..
Por ejemplo, entre las monedas del mundo, según los datos del 2022 del BIS (Bank of International Settlements) las transacciones internacionales en el mercado de divisas diarias, unos 6.640 millones de dólares fueron en dólares, de un total de 7.500 millones; esto es el 88,5% de los intercambios de monedas se realizan con dólares (hay que tener en cuenta que es sobre el 200% pues en cada transacción hay dos monedas involucradas).
En el mercado de bienes y servicios internacionales el 96% de las facturas en el continente americano están en dólares, el 74% en Asia-Pacífico y el 79% en el resto del mundo. Incluso en Europa, donde domina el euro por razones evidentes, los intercambios internacionales se facturan un 20% en dólares.
Esto deja en poco los 8 millones de millones que se intercambiaron de bitcoin en todo el año, que es una cifra muy considerable para un medio de intercambio casi recién nacido, pero aún muchísimo menor a la de dólares.
El volumen total del mercado de oro en 2022 fue de unas 5.000 toneladas a un precio medio de 1.800$ la onza, lo que da un valor de unos 320 miles de millones de dólares.
Una fracción del mercado de dólares. No parece que sea una amenaza al dólar en este aspecto, al menos hoy por hoy.
Depósito de valor:
De la función de depósito de valor no hay más que decir que casi el 60% de las reservas de los bancos centrales de todo el mundo están en dólares, el 20% en euros y sólo un 5% en yenes.
Es cierto que los dólares llegaron a ser el 70% de las reservas de los bancos centrales a inicios del siglo XXI, pero sigue siendo la moneda de preferencia como depósito de valor con muchísima diferencia.
El bitcoin difícilmente puede cumplir la función de depósito de valor debido a su volatilidad, pero el valor total de bitcoins en circulación hoy es de 570 miles de millones, una ínfima parte de los dólares intercambiados.
Aunque el oro es valorado sobre todo como medio de ahorro, el valor de todo el oro ahorrado en el mundo es de unos 10 millones de millones, lo que es una cifra considerable, pero queda en poco comparada con los 25 millones de millones que tienen los balances de los principales bancos centrales del mundo (no se incluyen ahorros privados, por ejemplo). De los ahorros privados sabemos que el 75% de los billetes de 100$ están fuera de EEUU, almacenados como depósito de valor por ciudadanos e instituciones de todo el mundo.
Unidad de cuenta:
Sobre la función de unidad de cuenta es evidente que casi todos los valores del mundo siguen denominados en dólares (el PIB de los países, el precio del petróleo, y la mayor parte de las transacciones internacionales, o las compra-ventas internacionales).n contraste, prácticamente nadie usa el bitcoin o el satoshi como unidad de cuenta, o el valor en gramos de oro de ninguna cuenta por pagar.
Como se puede comprobar por los datos el dólar sigue siendo la mejor moneda del mundo, pues es la moneda más utilizada. Eso, por un lado, pues en el mercado internacional de monedas es la que produce más confianza. Pero además, al ser un bien con externalidad de red (bienes que cuanto más se usan más útiles son para quienes lo usan, como una red social o un formato de archivo), si el dólar es el más usado, es más probable que sea aún más usado.
No parece razonable pensar que en el futuro cercano la mayor parte de la población comience a utilizar las criptomonedas o el oro para sus transacciones.
Aunque son adaptaciones que se pueden incrementar exponencialmente, en 15 años el bitcoin ha llegado a tener unos 420 millones de usuarios. Lo que le convierte en una moneda relevante en el mercado internacional, pero muy alejada del uso del dólar como moneda de referencia a nivel internacional.
El oro tiene un evidente problema para ser utilizado como dinero en su forma física, aunque es cierto que ni siquiera durante el periodo del patrón oro clásico se usaba normalmente como medio de intercambio el oro en sí sino billetes o anotaciones, y se han creado monedas digitales con respaldo en oro, pero aún son soluciones monetarias con un uso y funciones muy limitados. Por tanto, aunque han ido surgiendo alternativas al dólar, y esto es bueno en sí mismo pues fomenta la competencia, lo que puede hacer que haya mejores dineros. Al día de hoy, para el ciudadano común, el dólar sigue siendo la mejor opción monetaria, y es muy probable que lo siga siendo en el futuro próximo.
Luis Espinosa Goded
Profesor de Economía en la Universidad San Francisco de Quito
Master en Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid