En septiembre el Fondo Monetario Internacional actualizó la base de datos sobre la deuda mundial a 2022 por lo que publicó un informe titulado “La deuda mundial reanuda su tendencia ascendente” con los hallazgos generales de la actualización.
¿Qué es la deuda?
Pero antes de hablar de las principales conclusiones del reporte, comencemos por definir qué es la deuda y por abordar algunas de las clasificaciones de deuda que existen. Una deuda es la obligación que adquiere una persona, empresa o gobierno de pagar un monto de dinero a la persona o institución que prestó los fondos en plazo estipulado.
La mayoría de las personas conoce el concepto porque lo ha empleado alguna vez en su vida, ya sea pidiendo dinero prestado a un familiar, a un banco, etc. Sin embargo, existen diversos niveles en los que la deuda actúa en el mundo financiero, las empresas pueden utilizarla cuando inician sus operaciones y aún no hay utilidades para pagar los sueldos o los costos de apertura; los gobiernos recurren al endeudamiento de manera sistemática para financiar el gasto o la inversión.
En este sentido, la deuda ha sido un mecanismo muy útil para el desarrollo económico permitiendo asignar recursos excedentes (que de otra forma estarían atesorados) a proyectos productivos en los que son requeridos y potencialmente pueden producir un incremento del recurso inicialmente empleado (rendimiento).
Tipos de deuda
Como ya se mencionó, la deuda podría clasificarse distinguiendo las características de quien la contrae: una persona, una empresa o un gobierno. Ello, nos lleva a una clasificación más amplia entre deuda pública (del gobierno y sus empresas) y deuda privada (de los hogares y las empresas privadas).
Si se clasifica de acuerdo al plazo en el que hay que devolver el dinero, podemos tener deuda de corto, mediano o largo plazo. La deuda de corto plazo es aquélla que hay que devolver en menos de un año, la de mediano plazoantes de 5 años (aunque no hay un consenso) y la de largo plazo en más de 5 años.
De acuerdo con la residencia del prestamista, se puede clasificar en deuda interna o deuda externa. Es decir, si la institución o persona que ha otorgado los fondos es residente del extranjero se considera deuda externa, en cambio, si es residente de tu mismo país es clasificada como deuda interna. Aquí es relevante señalar que la moneda en la que se adquiere la deuda puede ser otro tipo de clasificación ya que hay deudas en todas las divisas existentes y hay que tener en cuenta el tipo de cambio para poder solventarla.
Funcionamiento de la deuda
Es bien sabido que no es gratis pedir dinero prestado, al final del plazo hay que devolver el monto prestado más una cantidad extra. Esa cantidad extra es la tasa de interés, en otras palabras, lo que costó comprar el dinero cuando era requerido. Del lado del prestamista es el rendimiento que obtuvo por dejar de emplear ese dinero en otros proyectos o por invertirlo (costo de oportunidad).
Para endeudarse o financiarse se ha desarrollado ya una gran variedad de instrumentos financieros, desde préstamos simples, préstamos con garantías (de auto, hipotecarios, etc.), bonos, acciones, entre muchos otros.
De forma “ideal”, el propósito de endeudarse es emplear el dinero prestado de forma productiva para poder devolverlo con el interés obtenido del rendimiento que el proyecto ha dado. Desde otra perspectiva, el objetivo es poder tener acceso a bienes que son costosos (en comparación con el ingreso corriente) y que no podrían ser pagados en una sola exhibición.
¿Como evaluar el nivel de endeudamiento?
Es común pensar que endeudarse es tentador, porque el dinero que empleas no es de tu propiedad. El riesgo de perderlo lo asume la persona o institución que presta los fondos. Sin embargo, hay que estar consciente que además de tener un contrato (en los casos más formales) y de poder perder el activo dejado en garantía en caso de no pagar. Existen instituciones encargadas de realizar la evaluación crediticia de personas, empresas y gobiernos, las cuales determinan la aprobación o negación de un préstamo en el futuro.
Por lo anterior, es de suma importancia evaluar cuál es la capacidad de pago y el nivel de riesgo de cada agente económico. La métrica más utilizada es medir el nivel de deuda como proporción de los ingresos anuales, ya sea de una persona, una empresa o un gobierno. Esto puede dar señales de qué tan probable es que alguien deje de pagar. Por ejemplo, la deuda de un país suele medirse como proporción del Producto Interno Bruto (PIB).
Evaluación del FMI sobre la deuda global
Una vez que la importancia de la deuda y su caracterización ha quedado algo más clara,se pueden retomar los principales hallazgos del reporte del FMI, de los que se habló al principio del artículo.
En resumen, realiza una evaluación del nivel de deuda global desde 1950 a 2022. La evolución de la deuda ha sido claramente ascendente. Sin embargo, su composición ha cambiado, observando un incremento sostenido en la participación de los hogares al nivel global.
En 2020 la deuda tuvo un incremento de 29 puntos porcentuales del PIB al pasar de 229% en 2019 a 258% en 2020 como consecuencia de la pandemia y el incremento exuberante de los gobiernos en salud y apoyos económicos para la población en general. Para 2022 ha disminuido sustancialmente de nivel, retomando la tendencia creciente que mostraba en 2019 y alcanzando 238% del PIB. Lo anterior implica que para pagar la deuda mundial se requerirían poco menos de dos años y medio destinando todos los ingresos del mundo a ese solo propósito.
El riesgo del incremento de la deuda se centra en la capacidad de pago a nivel global. Si el nivel de deuda continúa incrementando puede ponerse en entredicho tanto la disposición como la capacidad de pago, y así sugerir la aparición de riesgo sistémico.
Es por eso que el FMI ha sugerido supervisar de cerca las vulnerabilidades y los riesgos que esto implica, así como fomentar la asignación eficaz de los recursos a inversiones que promuevan el crecimiento económico.
Deuda global
(proporción del PIB)
